lunes, 20 de septiembre de 2010

Castilla despoblada

La despoblación en Castilla

A los dos partidos mayoritarios se les llena la boca hablando del medio rural, de que hay que apoyar a dicho medio, que hay que luchar contra la despoblación. Hablan  de la importancia que el campo tiene para Castilla, para España,  sin embargo nuestros pueblos se mueren a pasos agigantados y no hacen nada más que hablar, sin ideas, sin ganas; están consiguiendo que las ciudades castellanas sean como pequeñas islas rodeadas por un mar de tierra yerma y dura,  rodeadas de un desierto demográfico donde día a día los pueblos pierden población, donde la edad media de los habitantes de muchos de ellos ronda los 75 años.

  ¡Políticos del PP y PSOE!,  nuestro pueblos desaparecen, se extinguen, se diluyen, se convierten en montañas de piedras, adobes y tejas sin vida,  ¡y ustedes no hacen nada por evitarlo!, y no se dan cuenta de que con esa muerte perderemos una riqueza y un potencial importante, clave para nuestra tierra, clave para nuestro futuro, privaremos a nuestros nietos de conocer el campo, de conocer la tierra de sus ancestros, de conocer su historia. Con  la desaparición los pueblos, las villas, las aldeas, las poblaciones, también mueren nuestras iglesias, nuestras ermitas, nuestros castillos, nuestra cultura, nuestro pasado y también, y lo que es más peligroso,  nuestro futuro.

  Para que no sucumban, necesitamos infraestructuras, buenas carreteras, internet de calidad, poder ver la TDT sin problemas… Los habitantes del medio rural necesitan, exigen, y les corresponde los mismos servicios, las mismas comodidades que a los habitantes de la ciudad, y no vale le excusa de  que para pocos habitantes sale demasiado caro, ya que lo carísimo es que los pueblos mueran, y si hoy los dejamos morir por criterios económicos cortoplacistas,  con los mismos motivos y con la misma retórica  mañana dejaremos morir a nuestras ciudades:  empezarán por Soria, seguirá por Zamora, después vendrá Salamanca, después Segovia, posteriormente Burgos, ¡que bien!, ¡nos podemos ir a vivir todos a Valladolid!,  a continuación cerramos Valladolid, y nos podremos ir todos a vivir a Madrid, ¡saldría todo mucho mas barato!

  Desgraciadamente como no tomemos cartas en el asunto de forma inmediata esto que parece una fábula, pasará; para evitarlo hay que aplicar políticas fiscales y económicas inteligentes, e innovadoras.
  Si no queremos que las casas de nuestro pueblos se caigan pongamos en el IRPF una reducción por compra o mejora de una vivienda en el medio rural, sea o no  primera vivienda.
  Establezcamos un sistema que dé deducciones fiscales y de cotizaciones a la Seguridad Social para empresas que se instalen en pequeñas poblaciones y contraten a trabajadores que vivan en el medio rural.
  Se habla mucho del teletrabajo, pues, potenciémoslo, creemos  exenciones de impuestos y reducción en la cuota de autónomos.
  Todas esas ayudas y exenciones hay que articularlas de tal forma que se potencien más a los núcleos más pequeños.
  En un momento de crisis como el actual plantear estas `postura puede ser vista como un gasto excesivo, pero no es un gasto, es una inversión de futuro y si se hace bien, puede ser una fuente de riqueza futura muy importante, y será un revulsivo para la economía que ayudará a salir de la crisis
  Si estas medidas se toman con inteligencia podremos volver a ver en nuestro pueblos a niños corriendo por sus calles, a padres trabajando, paseando, podremos volver a ver la vida que en muchos casos se ha perdido.
  Pero todo esto hay que hacerlo sin olvidar y sin dar la espalda a la forma de vida tradicional, apoyando a la agricultura y a la ganadería, buscando nuevas salidas a nuestros productos, buscando nuevos productos potencialmente interesantes, buscando nuevos mercado no solo en España, sino también en Europa, y por que no en América, en Asia, en …, buscando un mayor valor añadido de los productos. Para ello es imprescindible no solo producir, sino también transformar, por lo que hay que apoyar la creación de empresas que transformen los productos, que creen empleo, que creen riqueza.  
  Es imprescindible potenciar el uso de tecnología del siglo XXI al servicio de la agricultura y la ganadería, al servicio de una producción de calidad, que permita también elevar la calidad de vida de los agricultores
  Tenemos que volver a apostar por la ganadería, hace ya muchos años que en la mayoría de los pueblos no se ven cabras, ovejas, vacas. Pero tenemos que apostar por nuevas formas de explotación aplicando la tecnología que nos haga ahorrar esfuerzos, apostando siempre por la tecnificación de estas instalaciones, en unos caos  con instalaciones intensivas para  competir en precio y en otras con técnicas de explotación extensivas,  con razas autóctonas para competir en calidad y con productos dirigidos a consumidores de nivel económico medio alto.
Pero estas medidas  y otras que se puedan adoptar hay que tomarlas hoy, ¡mañana puede ser tarde!

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